Fue un año raro…
Intenso, largo, lleno de incertidumbres, por momentos agotador y por otros con el incentivo de saber que de a poco, todo iría tomando un rumbo más “normal”.
En este contexto, desde AMIJAI, trabajamos para acompañarnos, para estar cerca, para sentirnos cerca.
No fue fácil, pero lo hicimos, lo logramos juntos.
Logramos entrar en cada casa a través de la tecnología en momentos donde no nos podíamos encontrar físicamente.
Logramos celebrar junto a decenas de familias el crecimiento de sus hijos en su Bar/Bat Mitzva de maneras que ni nos podíamos imaginar y acompañar a los chicos en el proceso de Talmud Torá.
Logramos convertir nuestros espacios de estudio y tfila, manteniendo su esencia y espiritualidad.
Logramos seguir generando espacios de educación no formal para nuestros chicos.
Logramos generar contenidos y llevar adelante propuestas, cursos y actividades para los jóvenes.
Logramos ser una comunidad empática, escuchando a las personas mayores que estuvieron tantos meses sin poder salir, y acompañando a familias en situación de vulnerabilidad gracias al trabajo de cientos de voluntarios.
Logramos continuar con más de treinta de nuestras actividades durante la semana.
Lo logramos, pero no fue magia…
Lo logramos, en primer lugar, gracias a los voluntarios de la Comunidad, motor de todo lo que hacemos. Orgullo no solo por hacer, sino por ser mediante su trabajo voluntario el corazón de nuestra Comunidad.
Lo logramos gracias a que nuestros dirigentes entregan su tiempo en pos del proyecto Comunitario.
Lo logramos gracias a los socios y amigos de AMIJAI, quienes apoyan los proyectos, y a los participantes de cada una de las actividades.
Lo logramos gracias al tremendo equipo profesional, que se supo adaptar una y otra vez, siempre con la mejor predisposición y trabajando muchas veces día y noche para llegar a cada nuevo objetivo propuesto. Sin dudas, tenemos un DREAM TEAM.
Lo logramos gracias a los Morim, Madrijim, equipo de bitajon y mantenimiento, y a todos los que de una u otra forma hacemos que AMIJAI sea nuestro propio orgullo.
En definitiva, logramos seguir siendo un gran Minián.
Deseo que este año que comienza nos traiga bendiciones de salud, de proyectos renovados, de espiritualidad, de amigos y de familia.
Y que podamos capitalizar todo lo vivido, reconociendo lo importante, que no es más ni menos que sabernos siempre cerca.
¡Shaná Tová Umetuká!
Adrián Mirchuk
Director Ejecutivo de Amijai