Cómo Hatikva (La esperanza) se convirtió en el Himno Nacional de Israel


Por el DR. JAMES LOEFFLER


La sorprendente historia de una de las canciones judías más importantes

En 1897, durante el Primer Congreso Sionista en Basilea, Suiza, los delegados unieron sus voces en una entusiasta interpretación de la canción Hatikva. Este amado himno sionista llegaría luego a ser conocido en todo el mundo como el himno nacional judío. Sin embargo, fue recién en 2004 cuando el gobierno israelí designó oficialmente a Hatikva como el himno nacional del país. Entre estos dos hechos se encuentra la curiosa historia de una de las canciones más importantes de la historia judía moderna.

De un poema a una canción

Hatikva comenzó su historia como un poema hebreo de nueve estrofas titulado “Tikvateinu” (“Nuestra esperanza”). Su autor fue un pintoresco poeta hebreo del siglo XIX, Naftali Hertz Imber (1856-1909), oriundo de Złoczów, una ciudad de la Galicia austrohúngara. Inspirado por el movimiento Hibbat Zion de la primera época del sionismo, Imber escribió el poema en 1878 mientras vivía en Jassy (Yash), Rumania.

De joven, Imber deambuló por Europa del Este durante varios años hasta que finalmente se estableció en la Palestina otomana, en 1882. Allí trabajó como secretario personal y tutor de hebreo de Sir Laurence Oliphant (1829-1888), un excéntrico autor británico, político, viajero internacional y sionista cristiano. En la década de 1880, su religiosidad mística inspiró a Oliphant a realizar diversas acciones filantrópicas con el fin de promover el asentamiento judío en la histórica Tierra de Israel. Imber publicó por primera vez «Tikvateinu» en 1886, dentro de la colección de sus poemas «Barkai» (Estrella de la mañana), publicada en Jerusalén y dedicada a Oliphant.

Para cuando Imber dejó Palestina en 1888, su poema Tikvateinu ya se había convertido en una canción (que luego sería llamada Hatikva, traducción hebrea de “esperanza»), gracias a los primeros pioneros sionistas de la comunidad agrícola judía de Rishon-le-Zion. La melodía llegó por cortesía de un inmigrante judío rumano llamado Samuel Cohen, quien la adaptó de una canción popular de Moldavia, “Carul cu Boi” (Carro y bueyes). Hatikva se extendió rápidamente entre los pioneros judíos como parte de la nueva cultura de canciones y bailes folclóricos hebreos laicos (como la “hoira”), tan populares durante las primeras décadas del movimiento sionista.

El problema de Herzl con Hatikva

Sin embargo, a pesar de que su popularidad creció, no todos los sionistas aceptaron que Hatikva fuera el himno del movimiento. A Theodor Herzl no le gustó la canción y, en 1897, lanzó el primero de varios concursos internacionales, ninguno de los cuales tuvo éxito, para contar con una opción más seria.

Una de las objeciones de Herzl a Hatikva era la figura bohemia del propio Imber. A pesar de su carisma personal, de su talento literario y convicciones sionistas, Imber era un “bueno para nada”, y uno de sus contemporáneos lo describió como «vagabundo, borracho y poeta hebreo». De hecho, después de dejar Palestina, Imber vivió en Londres y Boston, y luego se instaló en el Lower East Side de Nueva York, donde murió a causa de su alcoholismo y en la más absoluta pobreza. Ni siquiera pudieron evitar esto los múltiples esfuerzos de los líderes comunitarios judíos, que querían ayudarlo. Su muerte se produjo en 1909. 

Para otros de los primeros sionistas, el problema que planteaba esta canción no era el autor, sino el origen no judío de la melodía, lo cual para ellos resultaba objetable. Muchas figuras de la cultura sionista se sintieron molestas por el gran parecido de la canción con la sección «Moldavia» de «MáVlast», el poema sinfónico del compositor checo Bedřich Smetana, de 1874. De hecho, al crear su propia pieza musical nacional para la nación checa, Smetana se basó en la misma canción moldava, casi al mismo tiempo que lo hizo Samuel Cohen. Como solución, algunos compositores judíos escribieron nuevas melodías para la letra de Imber.

Los académicos también se involucraron en el tema y algunos postularon que la melodía de Hatikva en realidad derivaba de la tradicional liturgia Hallel de los judíos sefardíes. Abraham Zvi Idelsohn, académico de principios del siglo XX y padre de la musicología judía, tomó una postura diferente, y declaró que la melodía original de Hatikva no pertenecía a ninguna tradición folklórica en particular. “En cambio, afirmó, constituía una “melodía errante” de carácter genérico, común a todas las culturas europeas sin una paternidad nacional específica”.

Estudios más recientes han desarrollado esta idea, al identificar un patrón melódico de varios siglos de antigüedad, que es común a muchas canciones de Europa Central. La más famosa de estas canciones es «Twinkle, Twinkle, Little Star» de Mozart. Por supuesto, Hatikva no es el único himno nacional cuya melodía tiene un origen extranjero. Por ejemplo, la melodía de «God Save the Queen» sirvió en diversos momentos como himno nacional de Australia, Canadá, Dinamarca, Suecia, Suiza, Rusia, Estados Unidos y varios estados alemanes, entre otros países. 

En los años que siguieron, Hatikva continuó siendo un tema de debate. Los sionistas religiosos frecuentemente objetaron el carácter supuestamente secular de sus letras, que no mencionan a Dios. Como resultado, el rabino Abraham Isaac Kook compuso un poema paralelo, «Ha-emuná» («La fe»), que habla de la «fe inquebrantable en el regreso a nuestra Tierra Santa … donde serviremos a nuestro Dios». 

Irónicamente, los sionistas socialistas rechazaron Hatikva por sus connotaciones supuestamente religiosas y mesiánicas, por hacer referencia a una antigua promesa bíblica del retorno judío. En la década de 1930, en cambio, propusieron «Birkat ha-am» de Hayim Nahman Bialik («La bendición del pueblo»), también conocida como «Tehezakna«, por tener un verso que dice: «Fortalece las manos de nuestros hermanos renovando el suelo de nuestra tierra …» Los sionistas culturales también expresaron sus objeciones, a menudo criticando la melodía en clave menor como sombría y deprimente, y criticando el estilo hebreo de Imber como torpe y anticuado. 

Una esperanza para Hatikva

A pesar de todas estas críticas y rechazos (y en cierta forma, debido a ello), la mayoría de los sionistas aceptaron Hatikva. Año tras año se cantaba en los congresos sionistas y en eventos políticos en todo el mundo. En 1933, en el 18 Congreso Sionista, la canción fue adoptada oficialmente como himno del movimiento, junto con la actual bandera azul y blanca. En la década de 1940, muchos judíos en Europa cantaban con espíritu desafiante la canción como un gesto de esperanza colectiva y resistencia espiritual frente al Holocausto nazi y el terror estalinista.

Sin embargo, después de la creación del Estado de Israel en 1948, el gobierno se negó a reconocer a Hatikva como el himno oficial del Estado, a pesar de la adopción de una nueva bandera y del escudo de armas como símbolos nacionales. Aun así, Hatikva pasó a ser el himno nacional “de facto” y se usó en todos los actos oficiales del Estado.

También se modificó la letra original para reflejar la nueva realidad histórica nacional. Mientras que los últimos tres versos del texto original hablan de “la antigua esperanza de regresar a la tierra de nuestros padres, a la ciudad donde vivía [el rey] David”, la nueva versión reemplaza la alusión bíblica y pone el énfasis en “la esperanza milenaria de ser un pueblo libre en nuestra tierra, la tierra de Sión y Jerusalén».

Casi desde el momento de su creación, Hatikva se convirtió en un himno muy querido por todo el mundo judío y al mismo tiempo en un debate político. Esto continúa siendo así hoy en día. En los últimos años, aparece cada tanto la discusión dentro de la esfera política israelí, cuando algunos sectores sostienen que la letra no es adecuada para un país con una minoría no judía tan importante.

Sin embargo, Hatikva sigue siendo un símbolo perdurable de la nacionalidad judía y la identidad israelí. En noviembre de 2004, a más de un siglo de su composición, la Knesset israelí designó oficialmente a Hatikva como el Himno Nacional del Estado de Israel, cerrando así la historia de su creación.


Fuente: Loeffler, D. J. (s.f.). My Jewish Learning. Recuperado el 01 de 08 de 2021, de https://www.myjewishlearning.com/article/hatikvah/

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